El origen de la bici eléctrica se remonta a finales del siglo XIX, durante los años 1895 y 1900 se registraron las primeras patentes en relación a este vehículo. En el año 1897, Oseas W. Libbey patentó una bicicleta eléctrica que se propulsaba por un motor eléctrico doble anclado al eje del plato, las diversas patentes que intentaron establecer un diseño exitoso fracasaron, pues las habilidades técnicas para desarrollar tales vehículos era insuficiente.
En la década de los años 20 la empresa de origen alemán Heinzmann produjo el primero motor para bicicleta eléctrica de dos plazas. En los años venideros dicha empresa continuó fabricando motores para las bicis de los repartidores de correo alemanes.
En la década del 1930, la empresa Mineapolis Lejay Manufacturing acopla a la rueda de atrás un generador de un Ford T, esta patente significa la semilla para la posterior GoBike.
En el año 1946, el señor Jesse Tucker patentó una de las cualidades que a día de hoy identifica el funcionamiento de una bici eléctrica, que es el acople y desacople del motor eléctrico a los pedales accionados por el ciclista. Todo esto lo logró mediante un motor con engranajes en su parte interna que permitían a la rueda de atrás ir libre o accionada por el motor.

Durante los años venideros pocas fueron las mejoras en este campo, pues las necesidades ambientales y de carburantes fósiles no eran las mismas que hoy en día, así pues no fue hasta la crisis del petróleo del 1973 que afectó Estados Unidos que las bicicletas eléctricas empezaron a tomar envergadura.
En 1982 el señor Egon Gelhard creó unas bicis eléctricas en la que el motor asiste al ciclista en su pedaleo basándose en el principio de bicilec.
Durante la década de 1990 se produjeron grandes avances como baterías de mayor duración, sensores de par motor y controles de potencia, estos años fueron liderados por la empresa Servicios Vector Limited y su Zike de baterías de níquel-cadmio.
En los años venideros, las mejoras en las baterías así como una mayor conciencia medioambiental por parte de la ciudadanía, han ayudado a que las bicicletas eléctricas se hayan popularizado y sus ventas no paren de crecer en el tiempo augurando un gran futuro para el mercado de estos vehículos.